Sábado, 12 de Septiembre de 2015 21:06

¿Estará tocando su fin la obsolescencia programada?

Empecemos por el principio: ¿sabéis que significa obsolescencia programada? Se llama obsolescencia programada al fin de la vida útil de un producto o servicio, de tal forma que tras un periodo de tiempo (calculado por el fabricante o por la empresa) se quede sin funcionar, inútil o inservible.

 

El origen de esto surge en los años 30, de la mano del empresario Bernard London, que había triunfado en el sector inmobiliario neoyorkino. Su hipótesis era la siguiente: pensó que si todos los productos tenía una vida corta, eso animaría al consumo, crearía trabajo y se haría capital.

 

A simple vista parece que su intención era buena, pero dejó de lado a un factor importante: el medio ambiente, ¿cómo repercutiría a la sociedad la producción infinita de aparatos?

Lo que puede ser visto como algo positivo, ya que se incentiva el consumo, la generación de una producción masiva y su consecuente aumento de creación de puestos de trabajo, tiene un peso negativo aún mayor. Todos estos bienes se van muriendo y van generando toneladas de basura que acaban contaminando al mundo.


¿Os habéis preguntado donde van a parar todos esos aparatos que desechamos? El país que se convierte en basurero de todos los desechos que no queremos es Ghana.

 

El panorama español frente a otros países


Según un estudio, los consumidores cambian frigoríficos, televisiones y ordenadores cada vez con más frecuencia y se preguntan estos investigadores si la obsolescencia programada es el motivo de todo esto.

 

Es cierto que en muchas ocasiones se cambian aparatos eléctricos o electrónicos que todavía funcionan porque el consumidor los considera no útiles debido a los adelantos que hay en tecnología. Pero, investigadores resaltan que cada vez es más habitual que estos aparatos se reemplacen a los 5 años siguientes de su compra por fallos técnicos. ¿Creéis que la industria de ese sector reduce la vida útil del producto de forma intencionada?

 

Otros países ya están tomando cartas en el asunto. El pasado 1 de marzo entró en vigor en Francia un decreto que obliga a informar y ofrecer las piezas de repuesto necesarias para poder reparar bienes. Han aprobado multas de hasta 300 mil euros y hasta 2 años de cárcel para los fabricantes que acorten la vida de sus productos. Se puede decir que es la primera legislación que reconoce la existencia de la obsolescencia programada. ¿Le quedará a España mucho para dar ese salto?

 

En el caso de Francia, esta medida beneficiará al sector de la reparación que estaba pasando por una mala racha y contribuirá a reducir la extracción de recursos naturales y la producción de residuos.

 

Cómo podemos acabar con la obsolescencia programada


En España hay muchas asociaciones y organizaciones que luchan diariamente por estos temas, como es el caso de AERESS (la Asociación Española de Recuperadores de Economía Social y Solidaria).

 

Esta asociación se constituyó como una plataforma de entidades solidarias (asociaciones, fundaciones, cooperativas y empresas de inserción) que se dedican a la reducción,  reutilización y reciclajes de residuos con el objetivo de promocionar la inserción sociolaboral de personas que están en riesgo de exclusión social.

 

AERESS cuenta ya con 60 entidades especializadas en la inserción laboral y la gestión de residuos, y están presentes en 15 comunidades autónomas. Para más información puedes ver el siguiente listado.

 

A continuación os expongo algunas ideas, que desde estas organizaciones se están promoviendo, para que todos podamos contribuir con la causa:

 

  1. Reutiliza envases, materiales y electrodomésticos. Aprovecha el papel al máximo, si una carilla está usada, utiliza la otra para darle uso. Dona libros o utiliza electrodomésticos de segunda mano.

    Opta por aparatos de segunda mano. Muchos electrodomésticos han sido reemplazados por otros más nuevos porque ofrecen una mejor tecnología, tienen nuevas funciones y relucen más, pero no por ello son menos eficientes. Hay que darles una segunda oportunidad a los electrodomésticos antiguos y aprovecharlos al máximo, es una opción más inteligente que tirarlos a cualquier vertedero, que finalmente llegará a algún país lejano del tercer mundo y que contaminará su atmósfera, ¿o no?
  2. Recicla la basura que produces. La mayoría de los materiales que usamos pueden reciclarse (envases de plástico, latas, briks, envases de cartón y papel, vidrio, pilas y baterías, y muchos más) y la mayoría de los municipios ya lo tienen integrado a su sistema de recolección de basura.

    Importante:
    no eches el producto en el contenedor equivocado. El envase amarillo es para envases de plástico, latas y briks, el azul para envases de papel y cartón, y en el verde solo se depositan vidrios.
  3. Reduce la basura que produces. Por ejemplo, en vez de comprar 5 botellas pequeñas de agua, puedes comprar 1 o 2 grandes. Tienes la misma cantidad del producto, pero menos envases. Otro ejemplo, es el de las bolsas de supermercados, no pidas una sino te hace falta de verdad.

    Compra sólo lo que usas
    . En el caso de los cosméticos, que normalmente suelen tener un año de validez, para qué vas a comprar 3 perfumes si no lo vas  a acabar en 1 año. Así evitas tirar algo que no has aprovechado hasta el final.

Artículo escrito por Edith Gómez editora en Gananci


http://economiasolidaria.org/noticias/estara_tocando_su_fin_la_obsolescencia_programada

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